El malestar del profesorado es una realidad que afecta a la comunidad educativa. El estado psicológico de los agentes que intervienen con el alumnado es primordial puesto que afecta al rendimiento académico, al clima del aula y del centro, y tiene repercusiones sobre el número de bajas laborales, por citar unos ejemplos. El profesorado se encuentra expuesto a una serie de estresores que sobrepasan las estrategias de afrontamiento y recursos de los que dispone para hacerles frente siendo algunos de estos factores la falta de tiempo, la burocracia y la dificultad para controlar los múltiples comportamientos en el aula. Es preciso una sensibilización de la situación para desarrollar programas preventivos que permitan evitar el surgimiento de problemáticas asociadas al estrés crónico, como es el caso del síndrome de burnout, compuesto por tres dimensiones (agotamiento emocional, despersonalización y baja realización profesional). Se estima que una de cada de tres personas que se dedican a la docencia presentan sintomatología asociada. Las conclusiones que se expongan serán de utilidad para conocer la situación actual docente y dirigir actuaciones en beneficio de su bienestar psicológico.